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Oficinas
Grafica, Mucho
Fotos, Asier Rua
Video, Dueromero, Eduard Vila Romero
En línea con el axioma ‘la forma sigue la función’, de Louis Sullivan, fundador de la arquitectura modernista, se ha pensado un espacio en el que la funcionalidad gravita sobre la estética. ‘Cuando nos contactó Agustín Vivancos nos transmitió la idea de que debía ser un espacio que favoreciese interacciones inesperadas. Así es como se dinamiza una oficina’.
Desmontar el falso techo fue clave para conseguir el objetivo. Esa decisión permitió proyectar dos alturas, diseñar una oficina diáfana con espacios comunes que fomentase la conexión entre personas y, además, incorporar estructuras modulares que funcionan como salas para sesiones de trabajo en equipo para favorecer la privacidad.
En la planta 0 se ubican esas cajas de madera de abeto con aislante acústico y climatizadas intercaladas entre zonas de trabajo abiertas, espacio de descanso, una grada para ponencias, comedor, taller, almacén y servicios. Una escalera de caracol es el acceso a la planta 1, en la que se ubica la zona de descanso y un espacio de reuniones para 10 personas.
‘Desde la primera reunión tuve claro que Jungle no debía estar inspirada en la naturaleza. La energía y el rollo cosmopolita imperaba más que otros discursos’. La inspiración es urbana. En los 700 m² prevalece el pladur sin pintar, yeso, acero galvanizado, pavimento de losetas y metal y predomina una gama de grises que combina con detalles amarillo mimosa fluorescente. Farolas con antiguas cabezas de la ciudad de Barcelona restauradas y báculos de acero galvanizado con pintura rosa fluorescente son el toque final a un proyecto que sugiere la velocidad y ritmo de una ciudad cosmopolita como Barcelona pero también calma y sosiego mediterráneo.
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