Esta pieza está inspirada en las aceitunas envasadas al vacío. El volumen de cada aceituna se enfatiza por la falta de aire entre ellas y la cantidad de aceitunas que se mantienen en su lugar crea una textura irregular e interesante.
Este descubrimiento nos inspiró a experimentar con algo similar en un proyecto de diseño de interiores. El Hotel Terramar fue el escenario perfecto, ya que nuestro objetivo para este proyecto era explorar y crear nuevas texturas. Por lo tanto, cubrimos la parte frontal del mostrador de recepción con tableros compuestos de marcos de metal y canicas fijadas en su lugar con resina. Las canicas tienen diferentes tamaños y le dan un toque de color al espacio. Están retroiluminados con luz cálida que aporta continuidad y dinamismo a la composición.