El parking, el lobby, los lobbylifts y los aseos mantienen el mismo concepto. Aunque se ha buscado un efecto futurista, frío y tecnológico, el proyecto requería un toque más humano así que el estudio ha contado con el ilustrador Javi Royo para darle un poco de sentido del humor a la atmósfera, manteniendo el sello colorista de Lagranja. Los espacios de transición, también llamados lobbylifts, se abren a grandes ventanas que muestran el espacio imaginario de Javi Royo, que en cada planta cambia de color. El artista barcelonés ha dibujado bicicletas, ballenas, cohetes e incluso cepillos de dientes, inventándose un excéntrico mundo entre lo hecho a mano y lo digital, entre lo analógico y lo high-tech.
Hong Kong es una ciudad densa, los espacios son reducidos y muchos de ellos cerrados y sin luz natural. Por ello, los falsos techos, de efecto espejo, han sido reinterpretados con grandes lámparas modulares que hacen la doble función: iluminar y permitir el acceso a las instalaciones que se encuentran más escondidas, aportando mayor profundidad, como flotando en el espacio. En este proyecto, Lagranja ha querido hacer algo distinto. Gracias a la ausencia total de madera, suelos de cemento pulido, acabados metálicos y superficies ilustradas, se tiene la sensación de estar en una nave espacial viajando hacia el Planeta Diversión.