Más de 200 coladas

Desde el laboratorio de su estudio, se crearon más de 200 moldes con alimentos frescos -mariscos, pescados y diversas frutas y verduras- que se convirtieron en encantadoras piezas decorativas únicas.

En consonancia con el espíritu “puro” del restaurante, se dejaron sin pintar y se colocaron en el patio interior acristalado; su composición recuerda a las primeras colecciones de botánica que pueden verse en los museos de historia natural. Sus formas realistas: tentáculos de pulpo rizados, lechugas gordas, cabezas de brócoli bulbosas, etc., también se reprodujeron en papeles pintados a medida para el proyecto.