¡Lula no es trono de rey! Es una silla de aluminio que le da igual estar en una terraza frente al mar, entre las rosas del jardín de mi madre o en la sala reuniones de Chavi. Le gustan mucho los colores… aunque el blanco y el negro le sientan de maravilla. Su respaldo es un abrazo que no quieres dejar nunca. Es tan robusta, que ni los niños le dan miedo…