El diseño interior brilla por su ausencia, la estructura y la escalera central junto con los cerramientos de ladrillo, inspirados en la casa de verano de Alvar Aalto en la isla de Muuratsalo, en Finlandia, cobran el protagonismo. El uso de madera en los suelos, los peldaños flotantes y otras carpinterías añaden un lenguaje mediterráneo más natural, especialmente en la fachada, donde las lamas de madera atenúan la luz exterior, regulan la temperatura interior y refugian la casa del entorno urbano.